martes, 7 de octubre de 2008

LA CALLE, CORRIENTES

La calle, avenida luminosa, carteles, rótulos de jolgorio. Ella caminaba por su sonrisa. Miraba vidrieras, ofertas de fin de temporada. Por dentro lloraba. La humedad de Buenos Aires disimulaba su sombra meciéndola entre pegajosas veredas. Un lugar... un café no le caería mal. Entró pidió un capuchino, le gustaba, su paladar jugó con el sabor reconfortándola, el frío que la humedad le producía disminuyó. Corrientes se cansó de esperarla, se sentó en el cordón de la acera, estiró sus brazos, observó a los transeúntes, la calle nunca se había detenido en tanto andar apurado de gente gris, por eso quizás ella se había vuelto gris.

Salió se detuvo en una librería, usados-nuevos, los libros giraron alrededor de su figura, sus ojos se posaron en ellos, un hombre de traje negro se paró a su lado, preguntó por un libro. Esa voz... esa voz ausente retornó por los caminos del tiempo. Siluetas surgieron ante sí, borrosas primero, más claras después. Miró de reojo, un hombre cano, tez morena, rostro enjuto... esos ojos verdes que se escondían tras los lentes... Se reconocieron. Treinta años, un abrazo emocionado los encontró, salieron del local. Lágrimas corrían por las mejillas de ambos. Corrientes los acompañó y pese al clima bailaba a alrededor de ellos. Las imágenes plagadas de rutinas recobraron lozanía, los ojos opacos recuperaron destellos. Se sentaron en un café...otro capuchino, frases nuevas, recuperaron palabras antiguas. Gestos sin diseño trasgredieron la frontera del pasado... Corrientes espiaba desde afuera, cada vez se volvía más brillante, paseaba de verde, se tiñó de rosa, el celeste navegó por las esquinas.



Ellos, ajenos, contemplaban sus manos ajadas. Intercambiaron lugares, salieron de la escuela secundaria, corrieron por la plaza de los enamorados, se alejaron.

Caminos paralelos, líneas caprichosas, curvas sinuosas, una cortada... y allí ellos renaciendo.

Corrientes se durmió extasiada arrullando sueños de historias que por su calle caminaban.



Elisabet Cincotta

1 comentario:

Unknown dijo...

Elisa, el tango y Corrientes, calle amplia donde se hace teatro, tango, canción, amor y cafés.

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