Aquella luna, aquel patio, como un templo?
Aquel embrujo de tango y tacos
altos.
Era La Yumha tal vez. Era un
misa
Y fuimos una sangre
comulgada.
Fuimos Uno, y nos fuimos con el
tango.
Pero el fuelle murió y Dos
volvimos.
dicen que así es la vida, no dejar
vivirla.
Pero ya sonará, de nuevo, el
fuelle
con un lamento esta vez,
definitivo
Y seremos Uno, un corazón, un
tango
fundidos al calor del Fuego
Eterno.
Carlos Adalberto Fernández
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