miércoles, 22 de julio de 2009

La isla de este ser y los vecinos


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Obsérvanos otra vez porque por gravedad
nos trajeron a la isla, a este ser que fue la muerte
y aún será para Ella, para tí.

Otra ella nos cohabita dulcemente.
El altar no está remozado a tu capricho.
Ella lita con ojos fijos, temporizados,
secuencialmente diestros.

Hay sospechosas costumbres que no son tuyas
ni de tus días sombríos.Con jabalcones
que sostienen sus manos,
hay nuevos tendidos de tejas y semillas.

9-16-1980 / El hombre extendido


Carlos Lopez Dzur

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