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Le llovió la cintura
con su pelo.
…
Le vino el sueño.
Tras de sí, la madrugada,
enalteció las sombras
de la nada.
…
Borrándolas,
se hicieron playas
(De una en una.
De dos en dos.
De tres en tres.
De cuatro y màs)
poseìdas de mar,
besando dorados arenales,
la espuma,
las unió
entre el oleaje…
Diana Bracamonte
©
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