miércoles, 29 de octubre de 2008

Tunapuicito ll:








.
.
.
.
.
.
.
.
.

.
A-temporal
a-histórico
¿podría decir
a-rítmico?

Condenado a repetirse
sin cambios
siempre estático
en cada uno
de sus habitantes
de los cuales algunos
han huido

cierto

pero siempre
su inmanencia
los alcanza
llama
atrae

Como en este instante
una vez
más
sucede
en mí

Jose Villaroel

martes, 28 de octubre de 2008

Mi calle


.
.
.
.
.
.
.
.
Mi calle, mi calle de la tierra suelta,
manto de mis pies descalzos
y de las tardes muertas.

Muertas como las casas que nacieron muertas,
con unos habitantes que no necesitaron puertas
para de ver de cerca el hambre
y una cavidad en la esperanza, esperanza tan desierta.

Esa fue la calle de mi niñez y adolescencia
sin música ni aplausos y menos fiestas
porque solo fue una calle más con tierra suelta
en este mundo tan revuelto y tan lleno de violencia

Alberto Guzmán Lavenant

lunes, 27 de octubre de 2008

IMPRESIONES DE OTOÑO


.
.
.
.
.
.
.
.
.
El frío del Otoño
penetra por mis venas
ya cunde por mi sangre
y solo , vuelve en ellas.

Ya tapo con la almohada
mis manos de azucena
mi cuerpo se desliza
cual púrpura serena

El corazón me late
y en mi pecho se aprieta
contra el suave mullido
del lecho que lo encierra

El sueño me apodera
mi mente yace incierta
la luna tiembla afuera
cual nácar encendido
del triste Otoño vencido.

SUSANA RODRIGUES TUEGOLS
Copyright ©

Tunapuicito l


.
.
.
.
.
.


Tunapuicito en un rincón del estado Sucre ¿cómo es? ya les digo:

Soy pueblo de verdes tonales
y de Rojas nominales
enterrado en la monotonía
de un instante que no cesa
donde vivir duele
a fuerza de ser necesario

Pueblo elemental
naturaleza apacible
carácter violento
"Punta Brava"

Hueco que no valle
se hunde en su pasado
siempre presente

¡Qué me obliga pueblo
a volver siempre a ti?

soy pueblo
Yo
un rincón
apenas
ambos
un mismo sitio

Jose Villaroel

domingo, 26 de octubre de 2008

América.


.
.
.
.
.
.
.
.
.
Miro desde el sur
a las entrañas de una América
que gime en los surcos
y entrega su todo.

Una América que es alimento
petróleo y minerales.
conglomerado de razas
trabajando por ideales.

Una América que da
en entrega total
su riqueza y su amistad
a todos por igual.

Oscar Néstor Galante

domingo, 19 de octubre de 2008

ES CHILECITO


.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
cerros que encierran

sólo porque no me extravíe

no busque

........... senderos ni atajos



un cielo que se ofrece

........................ pues no escasea

ceñida a tus verdes

................... el rojo indio

............................... sangra



..........................................Beatriz Martinelli



--
Que nadie te robe los sueños

http://beaenelinsom nio.blogspot. com/

sábado, 18 de octubre de 2008

Viva la Primavera



.
.
.
.
.
.
.
.
.



Viva la Primavera
no tan lisonjera
que de setiembre
hizo su voz
con sonidos más agudos
de pajaritos agoreros.

Julia del Prado (Perú)

miércoles, 15 de octubre de 2008

El calor del otoño



.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Por donde un día quedó una huella
pasa el otoño,
lleno de sombras distantes
y hojas secas,
busca calor en hogueras
donde asan castañas.Las esquinas de mi barrio
esconden fuegos.
Los caminos esperan
la desnudez de los árboles.


Erika Martínez Rodríguez

martes, 7 de octubre de 2008

LA CALLE, CORRIENTES

La calle, avenida luminosa, carteles, rótulos de jolgorio. Ella caminaba por su sonrisa. Miraba vidrieras, ofertas de fin de temporada. Por dentro lloraba. La humedad de Buenos Aires disimulaba su sombra meciéndola entre pegajosas veredas. Un lugar... un café no le caería mal. Entró pidió un capuchino, le gustaba, su paladar jugó con el sabor reconfortándola, el frío que la humedad le producía disminuyó. Corrientes se cansó de esperarla, se sentó en el cordón de la acera, estiró sus brazos, observó a los transeúntes, la calle nunca se había detenido en tanto andar apurado de gente gris, por eso quizás ella se había vuelto gris.

Salió se detuvo en una librería, usados-nuevos, los libros giraron alrededor de su figura, sus ojos se posaron en ellos, un hombre de traje negro se paró a su lado, preguntó por un libro. Esa voz... esa voz ausente retornó por los caminos del tiempo. Siluetas surgieron ante sí, borrosas primero, más claras después. Miró de reojo, un hombre cano, tez morena, rostro enjuto... esos ojos verdes que se escondían tras los lentes... Se reconocieron. Treinta años, un abrazo emocionado los encontró, salieron del local. Lágrimas corrían por las mejillas de ambos. Corrientes los acompañó y pese al clima bailaba a alrededor de ellos. Las imágenes plagadas de rutinas recobraron lozanía, los ojos opacos recuperaron destellos. Se sentaron en un café...otro capuchino, frases nuevas, recuperaron palabras antiguas. Gestos sin diseño trasgredieron la frontera del pasado... Corrientes espiaba desde afuera, cada vez se volvía más brillante, paseaba de verde, se tiñó de rosa, el celeste navegó por las esquinas.



Ellos, ajenos, contemplaban sus manos ajadas. Intercambiaron lugares, salieron de la escuela secundaria, corrieron por la plaza de los enamorados, se alejaron.

Caminos paralelos, líneas caprichosas, curvas sinuosas, una cortada... y allí ellos renaciendo.

Corrientes se durmió extasiada arrullando sueños de historias que por su calle caminaban.



Elisabet Cincotta

ARGENTINA

En medio del Edén nació Argentina,
Crucero del sur, cuero, mate ,¡ tango.!
El charco grande! Río de la Plata…
Sierras de esmeralda, aromas a poleo- menta,
centro corazón mediterráneo.
Cuchillas verdes..mágicas cascadas
selva…tierra colorada.
Imponente Iguazú….a tu sonido
tiemblan múltiples espacios de arco iris.
Cordillera desnuda, encrespados con nubes
los picos nevados vigilan…
El cóndor… revuela las alturas diáfanas,
y el lunático esplendor… del valle sanjuanino.
Rojean caminos los viñedos… vinos dulces, ámbar y rubí
Jardines pintorescos , corazón de la Patria ,
típicos montes impenetrables.
Hielos móviles …, espectáculo vivo,
moles puras… celestes y blancas.
Malvinas!….espejo de los mártires,
quimera eterna de la inmensidad sureña.
Ríos…, arroyos, mar…, espumas frías.
Acantilados, fauna, plataforma marina.
Imponente ciudad porteña… Buenos Aires.
Panorama en vuelo de un sentir, de una vida..
y un enfoque personalmente… artístico.



SUSANA RODRIGUES TUEGOLS

jueves, 2 de octubre de 2008

El Patio de mi Casa. El Corral.

ElPpatio de mi Casa. El Corral.
Al lado izquierdo de la entrada a la cueva, había un pasillo, de unos diez metros de largo y un metro de ancho. Estaba sombreado por una parra de la variedad "teta de vaca"; esa de las uvas gordas y casi moradas.

Era este pasillo el elemento de unión de una vivienda interior- la de el Sr. Galo-, y a un gran espacio abierto al sol y al agua que era el corral de la casa. Una puerta de madera con su gatera obligada, evitaba que las gallinas se escapasen al patio o la calle, como alguna vez ocurrió y yo no fui el culpable…creo.

El corral, tenia a su alrededor una serie de pequeñas habitaciones, mas bien cuadras; al fondo a la izquierda, estaban el retrete y el basurero, piezas comunes para todos los vecinos. En esa época, no existía la recogida de basuras diarias ni tampoco el alcantarillado que llego cuando el general, dejo sus batallas.

En el lado derecho, había un pozo con agua, que se usaba de fresquera,

para hacer mas apetecibles las frutas propias del verano.

Todos los componentes tenían en sus cuadritas sus propios animales, que sacaban adelante con los restos- pocos- de comida. Las mondas de las patatas mezcladas con salvado o molluelo, eran junto con el Sol y el mucho ejercicio que hacían con nuestras carreras, su mejor alimento.

Normalmente el campo de nuestras batallas, era el patio.

El gran manzano que presidía su centro, daba sombra en la canícula a mis abuelos y tías que oyendo el Ama Rosa, con alguna lagrima escapada, repasaban calcetines o ponían piezas a una imposible sabana.

Después de la siesta, quedaba ocupado el patio por las tropas atacantes llenándolo de parapetos de sillas y de cajas de cartón que mi tío el sastre- que dios guarde-,nos llevaba para estos menesteres.



Un día, ante un aprieto estomacal de todas mis hueste, provocado por tomar unos caramelos raros que a cambio de trapos viejos y recortes de la sastrería, el trapero nos dio, hicimos una larga fila ante el servicio común.

El servicio, consistía en una tabla con agujero proporcionado al tamaño del sálvese la parte, con su tapa. Un gancho en la pared, recogía trozos del ABC, que leías días después y por diferente lugar. Lo expulsado, caía al basurero. Las gallinas de antes eran muy apañaditas y no le hacían ascos a nada.. A cambio, te daban unos huevos…eso, de los de antes.

Como el servicio era unipersonal y la urgencia grande, la tropa, eso si disciplinadamente, se repartió en el basurero para aliviar sus doloridas tripitas.

¿Sabéis lo que ocurre, cuando alguien expone sus partes pudendas

a la curiosidad de las gallinas?. Ya lo sabéis.

Nuevos llantos; los culitos al rojo vivo, indicaban que habíamos perdido una nueva batalla..

Nuevamente el general, tuvo que dar la cara y además, le fue requisada la mercancía, que tanto trabajo costó conseguir.



Pasados unos días, le toco al general ir al pozo a sacar su sandia, tirando de la cuerda que sujetaba su cubo.



Una batalla ganada. La venganza en frió, es mas placentera.

Nunca se supo por que se desataron las cuerdas de los cubos restantes, cayendo al pozo.

Ese día los vecinos hicieron penitencia sin postre, a favor de los negritos de África que era la letanía de aquellos momentos.

Una voz potente, muy potente…la de mi padre:



¡¡Emilioooooo, ven aquí!!!

Emilio Medina M.

El Patio de mi Casa. Mari Carmen.

La hermana anterior en edad al general, se llamaba Mari Carmen.
Era una niña muy morena, de pelo negrísimo, lo mismo que sus hermosos ojos.
Su cuerpo, era mas bien gordito, su carácter muy dulce y quería al general con delirio.

Los estudios no eran su fuerte. Empezó el Instituto, y viendo lo negada que era para ellos, se quedo en casa ayudando a su madre en las faenas caseras.

Los padres del general, pensando en darla un futuro, y al mismo tiempo para ayudar a la ahogada economía domestica, en cómodos plazos…-se pagaban sentados-, se compro una maquina de hacer punto de lana o de hilo.

Era un maquinon ¡ enorme!; las placas de agujas, median un metro de largo, lo que daba una prenda tubular de un metro de ancho.
Se trabajaba de pie, accionando una palanca que movia el carro de tejer, a lo largo de las placas de agujas. En la parte inferior de las placas, estaba el peine que con sus contrapesos evitaban que la labor hecha se rompiera.

Las madejas que vendían en las tiendas y que las clientas normalmente llevaban, se ponían en una devanadera y con otra maquina – la bobinadora-, se pasaba primero el hilo por parafina y después de liaba en las bobinas que la maquina tenia para su uso.

¡ Cuantas vueltas de manivela daría el general ¡. También se atrevió a hacer finas tiras de tejido, que se utilizaba en la parte de ojales y botones de las prendas confeccionadas.
Solo mamá, preparaba la maquina para hacer los calados y montaba las mangas de las rebecas y jerséis, algo que ya sabéis, es fundamental en el asiento de una prenda. (¡ Que os habíais creído…!, ¿qué era mentira ?).

¡ Aquello, era un milagro ¡…se descubrió el comer con gaseosa, el sifón y hasta el postre.

Hubo que ampliar la plantilla. Entraron dos chicas jóvenes, como aprendidas y pronto fueron de gran ayuda en la cada vez mas abundante costura.
Varios comercios, vendían las prendas realizadas, pagando lo acordado por ello.

¡ Mirad chicas, que hijo mas guapo tengo!.
¡ Ya esta bien, madre!, decía el avergonzado general, saliendo en loca carrera al patio.

Durante un tiempo, todo iba muy bien. La maquina se pago y Mari Carmen, hacia ya sus propios pinitos.

Un mal día…., un vomito de sangre, anuncio que la alegría en la casa del pobre, dura poco.
Don Enrique, aquel medico que en Semana Santa recibía la fuente de rosquillos y magdalenas que mamá hacia, se encargo de tan delicado asunto.
Al general le daba mucho miedo asomarse a la habitación de Mari Carmen. Había un gran tubo negro, del cual salía una goma y se situaba el la boca de su hermana.
Cada día , la ropa de la cama que estaba a la altura de su pecho, se movia con mayor dificultad.
Un día, no volvió a moverse….tenia trece añitos.

Mamá se volvió loca; Papá, trataba de consolarla con sus besos y abrazos.
El general, sollozaba en el descanso de la escalera….; mientras su ejercito, muy serio, no comprendía nada de lo ocurrido.

Aun recuerda el general, lo negro de aquel tubo y la angustia de aquellos días: los llantos de los padres, la ausencia de su Mari Carmen y la presencia de la maquina de hacer punto, que nunca mas llego a funcionar.

El general, entro en una nueva etapa de su vida. Se volvió mas introvertido, mas huraño, mas asustadizo…algo que no era propio de su anterior carácter, ni de su edad.

Al finalizar el año 1952, una muy alegre noticia, cambio el el mal rumbo que llevaba el patio de su casa:…¡ se casa la Reme!.

Emilio Medina M.
Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket